lunes, 31 de marzo de 2008

Sobre el conflicto tibetano

En una entrevista a James Petras aparecida en rebelion.org leo lo siguiente:

El Dalai Lama está trabajando con el gobierno norteamericano, en particular con la CIA, desde los años '50. Hay un libro publicado por una Universidad de Kansas, de un profesor experto en Tibet y un ex director operativo de la CIA que funcionaba en esta misma región, donde con mucho orgullo cuentan donde ellos financiaron el levantamiento del '58, aquella rebelión de los tibetanos y cuentan cuánto pagaban al Dalai Lama para dirigir y ampliar este levantamiento. Para nada es un pacifista, es un gran hipócrita. Cuando quemaron tiendas y mataron civiles chinos en el capital de Lhasa, no mencionan que los rebeldes utilizaron violencia bajo su dirección. Él se proclama pacifista, dialoguista, pero mientras recibe dinero del gobierno norteamericano, fomenta la violencia y después denuncia la respuesta del Estado defendiendo la propiedad y la vida de los chinos colonizados en el país. Hay que decir una cosa. La edad de mortalidad, los años de mortalidad antes de la reincorporación a China del Tibet, era 30 años. La gran mayoría de los campesinos eran siervos de los templos de los budistas. No existía ninguna libertad de expresión, ninguna capacidad de alimentar la familia. Era una sistema semi esclavo, semifeudal teocrático. Y después de los chinos no hay ninguna duda, de ninguna fuente internacional, que el standard de vida ha crecido geométricamente frente a lo que existía bajo el mando de la teocracia. Nunca habían elegido, vivían de la mistificación de los pobres y ahora no hay ningún tibetano que pueda decir que no vive mejor. Ahora, que los chinos utilizan mano dura, que han limitado algunas expresiones espirituales, es inaceptable. Pero de hecho, no es razón para tratar de provocar una crisis. Este levantamiento en este momento es una política de Estados Unidos de desprestigiar a China frente a los Juegos Olímpicos. Hay un sector en Washington, que son militaristas, en la Casa Blanca que están tomando esta medida para enojar a los chinos, presionarlos y provocarlos. Si China decide mañana tomar medidas de represalias y tira en el mercado algunos 500.000 millones de dólares norteamericanos, la economía norteamericana va a caer abruptamente. Deben tener cuidado porque China también tiene palancas para represalias, y hay un límite. Los chinos demuestran enorme paciencia frente a los levantamientos, violencia, provocaciones y acciones de desprestigio. Peor pueden ir demasiado lejos y los burócratas chinos pueden tomar una medida, un lockout sobre la economía norteamericana tan precaria, con un dólar tan debilitado en este momento. China que está apoyando a los EEUU en esta crisis, sin el apoyo de China, conservando dólares cada vez más debilitado, el futuro de la economía norteamericana va a las cenizas. Ojalá que vendan dólares. A pesar de que esto me va a empobrecer yo creo que se merece un golpe de este estilo para dar un poco de sensibilidad a los militarista norteamericanos a ver cómo van a funcionar cuando necesitan tres dólares para comprar un Euro.

No he contrastado los datos que aporta Petras, y no creo que lo haga. Políticamente, el Tíbet es muchas cosas, y entre ellas un cadáver que tras 50 años oliendo mal, interesa desenterrar ahora, y no me importa tanto como para dedicarle más tiempo. Me pregunto qué ocurriría si el Tíbet estuviese situado en la franja de Gaza. La parte de la fiesta que más me interesa no es la maniquea, sino las implicaciones del supuesto interés de los EEUU en algo así, que no pasa de ser un frente coyuntural en la lucha contra China para asegurarse un nuevo siglo de supremacía mundial. Creo que a falta de información contrastable, desde aquí lo único que se puede hacer es exigirla antes de aceptar la lógica del "y menos mal que Saddam Husein ha caído, hay un dictador menos en el mundo" ¿Se acuerdan? Pero la hora es grave, no están los fans de los Derechos Humanos peleando por la libertad de establecer franquicias de McDonnalds en territorio tibetano. Precisamente, creo.

El gobierno de EEUU y la oligarquía a la que protege no se caracterizan precisamente por su respeto a los Derechos Humanos. Más bien siguen esa filosofía protestante que tan capitalizables resultados produce: "el fin justifica los medios puesto que el éxito es la manifestación material de la aprobación divina".

Esta máxima (aún) carece de validez moral para muchas personas, pero la lógica de lo políticamente correcto, ese gran invento de finales del siglo XX, es un artificio que asegura el triunfo ante cualquier opinión pública.

Una de dos:

Una: por una vez no estamos hablando de un fin justificando un medio, sino de un fin justificado por un medio. "Los medios justifican el fin" ¿Sería menos culpable de robo alguien que para llevar a cabo más fácilmente su delito utilizase muestras de solidaridad y comprensión, y que aliviase materialmente a un tercero que tuviera problemas graves con su víctima, otro ladrón? Ante un único juicio permitido, que lejos de querer descubrir el delito de ambos presuntos ladrones, quisiera únicamente al más ladrón entre ambos, ¿quién llevaría las de ganar sin considerar más pruebas (de que no aparezcan más pruebas se encargarían los medios de comunicación a disposición de los acusados)? ¿Qué historial de presuntos robos quedaría limpio y cuál doblemente manchado por la sentencia?

Al fin y al cabo, la competitividad es un valor en alza, sólo puede quedar uno. Al fin y al cabo, ¿a quién le interesan los detalles? (¿A quién le interesa que no nos interesen?)

Dos: no sé cuán legítima es la autodeterminación del Tíbet. En lo que a mí respecta, cualquier colectividad, incluída la individual, tiene derecho automático a autodeterminarse siempre que sus determinaciones no coharten el derecho de autodeterminación de otra colectividad. Y también, el símbolo no es el objeto. Si es cierto lo que cuenta Petras sobre el trato de semiesclavitud al que estaba sometido el pueblo tibetano independiente bajo la teocracia budista, ¿qué legitimidad tiene el Dalai Lama para erigirse en representante del pueblo tibetano? ¿No sería mejor contar la verdad al mundo e impulsar un referendum para conocer la opinión del pueblo tibetano al respecto de su condición? Supongo que esto interesa tan poco al Gobierno Chino como, pongamos por caso, un referendum sobre la autodeterminación del País Vasco al Gobierno Español.

Va a ser que todos los colectivos son iguales, pero hay colectivos que son más iguales que otros. Todo depende de quién los patrocine y quién niegue sus derechos como colectivos.

Y también va a ser que todos los quienes son iguales, pero unos quienes más que otros. Todo depende del cristal con que nos hagan mirarlo los medios de comunicación de quien.

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